VI. CRISIS DEL ESTADO BENEFACTOR
El alza del
precio internacional del crudo propició que el flujo de capitales fueran
abundante, por consiguiente la economía mexicana se volvió excesivamente
dependiente de las exportaciones del petróleo y para 1981 este energético
representó el 75.1% del total de las exportaciones de mercancías en
contraste con el 10 % correspondiente al año 1977. Aunque se argumentaba que la
economía no dependía de este hidrocarburo ya que solo representaba el 6% del
Producto Interno Bruto (PIB), aunque este producto constituye el factor
dominante de la balanza de pagos, lo que hacía que la economía fuera vulnerable
a las fluctuaciones de un solo producto en el mercado internacional.
Sin embargo el gobierno creyó
que los precios mundiales seguirian subiendo y en consecuencia pasó por alto
los signos de depresión a partir de mayo de 1981. Por consiguiente los
compromisos de los gastos públicos y la deuda externa continuaban ascendiendo.
La fuga de capitales, principalmente a los Estados Unidos, alentó al gobierno
de López Portillo a asumir grandes cantidades de crédito a corto plazo, que
tendría dificultades para reembolsar.
El derrumbe de los precios
mundiales del petróleo durante el curso de 1981, arrojó a la confusión de la
economía mexicana, que dependía de ellos, y siguieron una serie de
devaluaciones que dieron inicio en febrero de 1982 , cuando el tipo de cambio
cayó a 47 pesos por dólar y que al final de ese año el dólar costaba 144
pesos.
El pánico se
apoderó de toda la comunidad financiera internacional, que anunció a México en
julio que no podía esperar más crédito. Como resultado el ministro de Hacienda
Jesús Silva Herzog, se vio obligado al mes siguiente a admitir que México sería
incapaz de pagar sus deudas a corto plazo que ascendía a unos 10.000 millones
de dólares y la deuda total calculada ascendía a 84.100 millones de dólares.
Lopez Portillo busco una salida política al derrumbe financiero
nacionalizando la banca en septiembre de 1982, el régimen lo calificó de acción
patriótica, un proceso culminante del acto de nacionalismo económico, iniciando
con la nacionalización del petróleo en 1938 y continuando con la
nacionalización de la electricidad en 1960.
Estas medidas complicó las
negociaciones promovidas por el gobierno desde el primer semestre de 1982 ante
el FMI a fin de conseguir un crédito, se trataba de un nuevo crédito de
facilidad ampliada condicionado a un riguroso programa de ajuste económico que
México se comprometía a instrumentar para disminuir la inflación. Finalmente,
tras duros debate, el día 10 de noviembre de 1982 el gobierno de México firmó
la Carta de Intención, que lo comprometía a adoptar un programa de ajustes
aceptable para FMI, el cual debía tener una vigencia de tres años correspondientes
a 1983, 1984 y 1985 y que claramente corresponden al próximo gobierno de Miguel
de la Madrid Hurtado.
La escala de la crisis del año
1982 suscitó la cuestión de si se trataba de la crisis terminal del modelo de
desarrollo aplicado a partir de 1940 y de las prácticas políticas que
conllevo,es decir que el modelo de acumulacion de capital que se inició en los
años 40’s tocó fondo dando paso a un nuevo esquema de desarrollo económico a
nivel mundial que impuso para adecuarse a las nuevas modalidades de acumulacion
capital a partir de 1982.
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